En lo que respecta a las políticas para movilizar recursos internos para el desarrollo y mejorar las condiciones fiscales, El Salvador ha emprendido esfuerzos considerables, como ponen de manifiesto las recientes reformas a su Ley del Impuesto sobre la Renta, adoptadas en marzo de 2024. Reformas como la exención de tributación de las rentas pasivas de fuente en el exterior se han diseñado para atraer la inversión extranjera y simplificar la normativa fiscal. Estas iniciativas son clave en el marco de otras medidas más amplias para aumentar la transparencia fiscal, mejorar el clima empresarial y alinearse con los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo (PND), conocido como el Plan Cuscatlán. El PND aborda cuestiones fundamentales como la vulnerabilidad climática, la pobreza, la inseguridad alimentaria y la migración, con el objetivo de lograr vías de crecimiento inclusivas y sostenibles. Estas estrategias dan prioridad al desarrollo de la infraestructura y a la resiliencia económica, lo cual refleja el compromiso de El Salvador de promover el desarrollo a largo plazo.
Por lo que se refiere a las políticas para promover un mercado financiero robusto, inclusivo y sostenible, El Salvador ha implantado iniciativas importantes de políticas públicas para promover la inclusión financiera y profundizar en su sector bancario. La Política Nacional de Inclusión Financiera (PNIF), presentada en 2021, está dirigida a ampliar el acceso y los servicios financieros a los grupos marginados. Coordinada por el Banco Central de Reserva de El Salvador y otras partes interesadas, la PNIF se centra en impulsar los servicios financieros digitales, promover las competencias financieras y desarrollar productos financieros innovadores. Esta iniciativa desempeña un papel clave en la mejora del acceso a los servicios financieros para las personas de bajos ingresos y para las mujeres, así como para las micro, pequeñas y medianas empresas, fomentando así el empoderamiento económico y la resiliencia. Paralelamente, El Salvador se ha comprometido a desarrollar sus mercados de capitales a través de iniciativas destinadas a fortalecer los mercados de renta fija y variable y las inversiones de capital riesgo. Estas medidas son fundamentales para diversificar las fuentes de financiamiento, atraer inversiones tanto nacionales como extranjeras y establecer una infraestructura financiera sólida y esencial para el crecimiento económico sostenible.
En lo que respecta al financiamiento regional e internacional y a las asociaciones para catalizar recursos internacionales, El Salvador participa en iniciativas estratégicas destinadas a mejorar la coordinación y movilizar el financiamiento externo. El país prioriza el crecimiento económico sostenible e inclusivo, y se centra en la inclusión productiva, la transformación digital y la transición hacia una economía verde. Las inversiones en energías renovables e infraestructura pública desempeñan un papel clave a la hora de crear empleos de calidad, impulsar el crecimiento de los ingresos y promover la sostenibilidad medioambiental. Estas inversiones cuentan con el apoyo de instituciones como el Fondo Europeo para el Desarrollo Sostenible Plus y el Banco Europeo de Inversiones, así como con el compromiso activo del sector privado de la Unión Europea. Además, la participación de El Salvador en la estrategia de cooperación para el desarrollo regional de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional tiene como objetivo abordar retos regionales como la prosperidad económica, la gobernanza, la seguridad y la resiliencia medioambiental. Estos esfuerzos se alinean con el PND de El Salvador y sus compromisos con los marcos de desarrollo sostenible.