El Programa para la Evaluación Internacional de las Competencias de la Población Adulta ofrece información única sobre las competencias de la población en comprensión de lectura, razonamiento matemático y resolución de problemas. Estas habilidades son fundamentales tanto para el éxito personal como para el progreso de la sociedad y constituyen la base para el aprendizaje continuo y la innovación. Las personas con mayores habilidades están mejor preparadas para enfrentar las complejidades de la vida moderna. Al navegar de manera efectiva en un entorno rico en información, contribuyen a tomar decisiones y formular políticas más informadas.

En 2023-2023, el estudio evaluó a personas de 16 a 65 años en 31 países y economías (Chile también evaluó una muestra de adolescentes de 15 años). Chile participó por segunda vez en la Evaluación Internacional de Competencias de la Población Adulta en 2022-23 (su primera participación fue en 2014-15). Al comparar los resultados a lo largo del tiempo y con los de otros países y economías participantes, Chile puede monitorear los niveles de competencias de su población adulta, identificar barreras para el desarrollo y uso de habilidades, y diseñar políticas efectivas para abordar estos desafíos.

En Chile, las personas de 16 a 65 años obtuvieron, en promedio, 218 puntos en comprensión de lectura (por debajo del promedio OCDE), 214 puntos en razonamiento matemático (también por debajo del promedio de la OCDE) y 218 puntos en resolución adaptativa de problemas (igualmente por debajo del promedio de la OCDE) (Figura 1).

En comprensión de lectura, el 53% de los adultos (promedio de la OCDE: 26%) alcanzó el Nivel 1 o inferior, lo que indica baja competencia. En este nivel, pueden entender textos cortos y listas organizadas cuando la información está claramente indicada, encontrar datos específicos e identificar enlaces relevantes. Aquellos por debajo del Nivel 1 son capaces de entender, a lo sumo, oraciones simples. En el extremo opuesto, el 2% de la población adulta (promedio OCDE: 12%) logró los niveles 4 o 5, lo que significa que pueden evaluar textos largos y complejos, captar significados implícitos y usar conocimientos previos para interpretar textos y realizar tareas (ver Tabla 2.4 en el Capítulo 2 para una descripción detallada de las competencias por nivel en comprensión de lectura, y la Figura 2 para la proporción de adultos en cada nivel).

En razonamiento matemático, el 56% de la población adulta (promedio OCDE: 25%) se ubicó en el Nivel 1 o inferior. En este nivel, las personas son capaces de realizar operaciones básicas con números enteros o dinero, comprender decimales y encontrar información puntual en tablas o gráficos, pero tienen dificultades con tareas que requieren múltiples pasos, como resolver proporciones. Las personas por debajo del Nivel 1 pueden sumar y restar números pequeños. Los niveles 4 o 5 identifican a los mejores desempeños (2% en Chile frente al 14% promedio OCDE). Estas personas pueden calcular tasas y proporciones, interpretar gráficos complejos y evaluar críticamente afirmaciones estadísticas (ver Tabla 2.5 en el Capítulo 2 para más detalles sobre las competencias matemáticas por nivel, y la Figura 2).

En resolución adaptativa de problemas, el 56% de la población adulta (promedio OCDE: 29%) se ubicó en el Nivel 1 o inferior. En este nivel, las personas pueden resolver problemas simples con pocas variables y poca información irrelevante, que no cambian a medida que avanzan en la solución. Tienen problemas con tareas de múltiples pasos o que requieren monitoreo de varias variables. Aquellos por debajo del Nivel 1 comprenden problemas muy simples, que generalmente se resuelven en un solo paso. Sólo el 1% de quienes participaron (promedio OCDE: 5%) alcanzó el Nivel 4, demostrando capacidad para adaptarse a cambios inesperados y revaluar problemas complejos (ver Tabla 2.6 en el Capítulo 2 para una descripción detallada, y la Figura 2).

Al considerar los tres dominios de manera conjunta, el 44% de la población adulta en Chile (promedio OCDE: 18%) obtuvo puntuaciones en los dos niveles más bajos de estas escalas de competencia (Tabla A.2.3).

Los adultos mayores (de 55 a 65 años) en Chile mostraron una menor competencia que los adultos jóvenes (de 25 a 34 años) en comprensión de lectura, razonamiento matemático y resolución adaptativa de problemas (Figura 3). En comprensión de lectura, los adultos de 55 a 65 años obtuvieron 57 puntos menos que los adultos de 25 a 34 años (promedio OCDE: 30 puntos menos). Estas brechas de habilidades entre las personas mayores y jóvenes podrían reflejar efectos del envejecimiento, pero también diferencias en la calidad y cantidad de educación y formación recibida entre generaciones.

En el caso de los jóvenes que todavía están cursando la educación inicial o que la completaron recientemente, los resultados de la Evaluación Internacional de las Competencias de la Población Adulta complementan los de las evaluaciones escolares, proporcionando información útil sobre la calidad de los sistemas educativos. En Chile, los jóvenes de 16 a 24 años obtuvieron, en promedio, 242 puntos en comprensión de lectura (por debajo del promedio OCDE), 233 puntos en razonamiento matemático (también por debajo del promedio OCDE) y 240 puntos en resolución adaptativa de problemas (igualmente por debajo del promedio OCDE) (Figura 3).

En Chile, los resultados promedio en 2022-23 se mantuvieron similares respecto a 2014-15 en comprensión de lectura y razonamiento matemático (Tabla A.3.1).

La competencia promedio en razonamiento matemático hubiera mejorado en Chile, de no ser por los cambios en la población (Tabla A.3.1). De hecho, la proporción de personas adultas nacidas en el extranjero de padres nacidos en el extranjero aumentó en aproximadamente 5 puntos porcentuales desde el primer ciclo (Tabla B.3.10 (Tendencia)); además, la brecha de competencia entre personas sin antecedentes de inmigración y personas nacidas en el extranjero aumentó significativamente durante el mismo período (Tabla A.3.15).

Comparar cómo se desempeña la población adulta nacida en los mismos años, en diferentes ciclos y por tanto en distintas etapas de la vida, permite comprender cómo evolucionan las habilidades en promedio a medida que las personas envejecen. En la mayoría de los países, estas comparaciones evidencian pérdidas significativas de habilidades relacionadas con la edad después de los 35 años, mientras que entre la población más joven estas pérdidas son menos comunes. En Chile también se observan disminuciones de habilidades asociadas al envejecimiento. La población joven nacida entre 1989 y 1996 obtuvo, en promedio, los mismos puntajes en comprensión de lectura en 2022-23 (cuando tenía entre 27 y 34 años) que en 2014-15 (cuando tenía entre 19 y 26 años), lo que no representa un cambio significativo. Sin embargo, las generaciones mayores, que tenían entre 47 y 57 años en 2014-15, obtuvieron 19 puntos menos en comprensión de lectura en 2022-23 (cuando tenían entre 55 y 65 años), evidenciando un descenso significativo (Figura 5).

En todos los países y economías participantes, niveles más altos de educación formal están asociados con una mayor competencia en comprensión de lectura, razonamiento matemático y resolución adaptativa de problemas. En Chile, entre la población adulta de 25 a 65 años, quienes poseen educación terciaria obtuvieron 39 puntos más en comprensión de lectura que quienes cuentan con educación escolar completa (promedio OCDE: 33 puntos). A su vez, las personas con educación escolar completa obtuvieron 49 puntos más que aquellas con niveles educativos inferiores (promedio OCDE: 43 puntos (Tabla A.2.5 (L)).

Sin embargo, esta relación no siempre es uniforme entre países. En comprensión de lectura, por ejemplo, las personas con educación superior en Chile obtuvieron puntajes más bajos que aquellas con educación escolar completa en Finlandia (Tabla A.2.5).

En promedio, en los países y economías de la OCDE participantes, las mujeres mostraron mayor competencia que los hombres en comprensión de lectura (3 puntos en promedio). En contraste, los hombres obtuvieron puntajes más altos en razonamiento matemático (10 puntos) y en resolución adaptativa de problemas (2 puntos). En Chile, no se observó una diferencia significativa en comprensión de lectura, pero sí se registraron diferencias significativas en favor de los hombres: 9 puntos en razonamiento matemático y 6 puntos en resolución adaptativa de problemas (Tabla A.2.7).

Chile destaca como uno de los pocos países donde la brecha de género en razonamiento matemático se redujo entre el Ciclo 1 y el Ciclo 2: la competencia en razonamiento matemático aumentó en 15 puntos para las mujeres, mientras que se mantuvo estable entre los hombres (Tabla 3.5).

Las personas nacidas en el país, con padres también nacidos en el país, mostraron una mayor competencia en comprensión de lectura que aquellas nacidas fuera del país, con padres también nacidos fuera de Chile (Tabla A.2.10 (L)). La diferencia en puntajes entre estos grupos corresponde a 19 puntos en comprensión de lectura (Tabla A.2.10 (L)). En Chile, el 90% de la población participante en la Evaluación Internacional de las Competencias de la población Adulta pertenece al primer grupo, mientras que el segundo grupo representa el 8% de la población (Tabla B.3.10).

Las habilidades tienen un impacto significativo en las vidas de las personas. En general, mayores niveles de habilidades están asociados con importantes beneficios económicos y sociales. Las personas adultas con habilidades más desarrolladas tienden a contar con mayores calificaciones educativas; sin embargo, los beneficios de contar con habilidades más avanzadas van más allá de las oportunidades que se derivan exclusivamente de las certificaciones formales de educación.

En Chile, al igual que en el promedio de los países de la OCDE, las personas que obtienen puntuaciones en los niveles más altos de la escala de competencia en razonamiento matemático tienen oportunidades de empleo significativamente mejores que aquellos que obtienen puntuaciones iguales o inferiores al nivel 1 (Figura 6).

En Chile, las diferencias en los resultados laborales según el nivel de habilidades persisten incluso al comparar a la población adulta con niveles educativos similares (y tras considerar otras diferencias que podrían estar asociadas a niveles más altos de habilidades). Una vez consideradas estas variables, entre las personas ocupadas, un aumento de una desviación estándar en el nivel de razonamiento matemático se asocia con salarios un 15% más altos, una diferencia estadísticamente significativa. En comparación, un aumento de una desviación estándar en el nivel educativo se asocia con salarios un 30% más altos en Chile (Tabla A.4.8).

Las habilidades están estrechamente relacionadas tanto con el bienestar individual (como la salud autoreportada y la satisfacción con la vida) como con la participación cívica (como la eficacia política, la confianza y el voluntariado). Muchas personas con bajos niveles de habilidades se sienten desconectadas de los procesos políticos y carecen de las competencias necesarias para interactuar con información digital compleja, lo que representa una creciente preocupación para las democracias modernas.

En Chile, al igual que en promedio en los países de la OCDE, las personas adultas que puntúan en los niveles más altos de la escala de competencia tienen significativamente más probabilidades de reportar altos niveles de satisfacción con la vida y de considerarse en un estado de salud muy bueno o excelente, en comparación con quienes puntúan en el Nivel 1 o por debajo de este (Figura 7 y Tabla A.4.10 (N)).

En Chile, las personas adultas que alcanzaron los niveles más altos en las escalas de competencias también reportaron con mayor probabilidad un alto nivel de acuerdo con la afirmación: "las personas son confiables" (en contraste con "uno nunca puede ser demasiado precavido") (Figura 7). Esta relación positiva entre las habilidades y la confianza se mantiene incluso al considerar otras características sociales y demográficas, como la edad, el género, los años de educación, el origen migrante, el nivel educativo de los padres y si una persona vive con pareja o tiene hijos (Tabla A.4.11 (N)).

En los países OCDE, muchos trabajadores no coinciden con sus empleos, lo que significa que sus cualificaciones, habilidades o campos de estudio son diferentes de lo que su empleo actual requiere. Estas discrepancias pueden ser resultado de una asignación ineficiente de los trabajadores a los empleos. También pueden reflejar el hecho de que las habilidades y cualificaciones de la fuerza laboral no están al día con los cambios estructurales en la Economía, impulsados por la digitalización, el envejecimiento de la población y la transición ecológica.

En Chile, aproximadamente el 19% de las personas trabajadoras están sobrecalificadas para sus empleos (promedio OCDE: 23%) y un 13% están subcalificadas (promedio OCDE: 9%), lo que significa que su nivel educativo más alto es superior o inferior al requerido típicamente para su trabajo actual (Figura 8).

Cerca del 7% de las personas trabajadoras indican que algunas de sus habilidades están por debajo de lo necesario para su trabajo (promedio OCDE: 10%) (Figura 8). En Chile, estas personas suelen atribuir esta brecha a la necesidad de mejorar sus habilidades en computación o software (41%), seguidas de habilidades de trabajo en equipo o liderazgo (33%) (Tabla A.4.13).

Por último, el 35% de las personas trabajadoras tienen una discrepancia en términos de área de estudio, ya que su cualificación más alta no corresponde al campo más relevante para su trabajo (Figura 8).

En los países de la OCDE, las personas sobrecalificadas enfrentan costos económicos y sociales significativos. En Chile, estos costos son menores: en promedio, sus salarios son un 20% más bajos que los de sus pares en empleos bien alineados y con niveles educativos similares (promedio OCDE: 12% más bajos) (Tabla A.4.16). Sin embargo, no es significativamente menos probable que reporten un alto nivel de satisfacción con la vida (promedio OCDE: 4 puntos porcentuales menos probables) (Tabla A.4.17).

La Evaluación Internacional de Competencias de la Población Adulta recopila datos a través de una entrevista personal y una evaluación autoadministrada. Como encuesta de hogares, la recopilación de datos se realiza en los propios domicilios de las personas encuestadas. En Chile, participaron 4.726 personas adultas, lo que representa una tasa de respuesta del 56%. La muestra fue diseñada para ser representativa de aproximadamente 13.5 millones de personas de 16 a 65 años residentes en el país al momento de la recolección de datos, independientemente de su nacionalidad, ciudadanía o lengua. Se realizaron análisis para garantizar que la falta de respuesta no introdujera sesgos significativos (ver el Reader’s Companion para más detalles sobre estos análisis).

La Evaluación Internacional de Competencias de la Población 2023 evaluó a las personas en tres áreas: comprensión lectora, habilidades matemáticas y resolución adaptativa de problemas. Las tareas incluidas en el estudio reflejan cómo estas habilidades se aplican en diversas situaciones de la vida cotidiana y laboral de las personas adultas. Muchas de ellas implican entornos digitales complejos, cada vez más comunes en la sociedad moderna.

Para este ciclo, la evaluación se administró exclusivamente en dispositivos digitales (Tablets), lo que representa una innovación importante respecto al ciclo anterior, donde se ofrecía la opción de responder en papel.

Los niveles de competencia de las personas encuestadas se estiman en base al éxito o fracaso en las tareas. Estas estimaciones se informan en escalas de 500 puntos, que también permiten describir la dificultad de las tareas evaluadas. El análisis de cómo varían las características de los ítems de la Evaluación a medida que aumenta la dificultad permite a la OCDE identificar y describir niveles discretos de competencia. De esta manera, si el puntaje de un individuo se encuentra dentro de un determinado nivel de competencia, esto implica que es probable que pueda completar con éxito cualquier tarea ubicada en o por debajo de ese mismo nivel.

Antes de completar la evaluación en la Tablet, se solicitó a los participantes información sobre sus características demográficas, nivel educativo, situación laboral, uso de habilidades, información sobre su entorno laboral, resultados no económicos y habilidades sociales y emocionales. Este cuestionario fue administrado por un entrevistador capacitado.

Algunos participantes no tenían fluidez suficiente en el idioma de la Evaluación y no podían comunicarse lo suficientemente bien con el entrevistador para responder el cuestionario de antecedentes. En estos casos, se ofreció una entrevista “en puerta”. Este cuestionario autoadministrado, disponible en muchos idiomas, recopila información clave de antecedentes personales, como género, edad, años de escolaridad, situación laboral, país de origen y duración de residencia en el país de la encuesta. Posteriormente, se utilizó un modelo estadístico para estimar las competencias de estos encuestados en alfabetización, cálculo y resolución adaptativa de problemas, basándose únicamente en la información proporcionada en este cuestionario.

En el primer ciclo de la Evaluación, la entrevista “en puerta” no estaba disponible. Como resultado, no se recopiló información sobre los adultos que carecían de suficiente dominio del idioma y no se pudo estimar su nivel de competencia. La inclusión de encuestados que respondieron el cuestionario "en la puerta" puede afectar potencialmente la comparabilidad de los resultados entre el primer y el segundo ciclo de la encuesta. En los informes de la OCDE, los encuestados que completaron el cuestionario "en la puerta" generalmente se excluyen al comparar resultados entre ciclos.

OECD (2024), Do adults have the skills they need to thrive in a changing world? Survey of Adult Skills 2023, OECD Publishing, París, https://doi.org/10.1787/b263dc5d-en

OECD (2024), Survey of Adult Skills 2023 Reader’s Companion, OECD Publishing, París, https://doi.org/10.1787/3639d1e2-en

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