La Encuesta sobre las Competencias de la Población Adulta ofrece una visión única sobre el rendimiento de los adultos en lectura, matemáticas y resolución de problemas. Estas competencias son cruciales para el éxito personal y social, y constituyen la base del aprendizaje continuo y la innovación. Los adultos más capacitados están mejor preparados para hacer frente a las complejidades de la vida moderna. Las personas que se desenvuelven eficazmente en el entorno actual, caracterizado por la abundancia de información, contribuyen a que las decisiones y las políticas se tomen con mayor conocimiento de causa.

En 2022-23, la encuesta evaluó a adultos de entre 16 y 65 años en 31 países y economías. España participó en la Encuesta sobre las Competencias de la Población Adulta por segunda vez en 2022-23 (su primera participación fue en 2011-12). Al comparar los resultados a lo largo del tiempo y con los de otros países y economías participantes, España puede realizar un seguimiento de los niveles de competencias de su población adulta, identificar los obstáculos en el desarrollo y el uso de competencias y elaborar políticas eficaces para hacer frente a estos desafíos.

En España, los adultos de 16 a 65 años obtuvieron, de media, 247 puntos en lectura (por debajo del Promedio OCDE), 250 puntos en matemáticas (por debajo del Promedio OCDE) y 241 puntos en resolución adaptativa de problemas (por debajo del Promedio OCDE) (Figura 1).

En lectura, el 31 % de los adultos (Promedio OCDE: 26 %) obtuvieron una puntuación en el nivel 1 o inferior, lo que significa que su nivel de competencia lectora es bajo. En el Nivel 1, las personas pueden comprender textos breves y listas organizadas cuando la información está claramente indicada, encontrar información específica e identificar enlaces relevantes. Los que están por debajo del nivel 1 pueden, como mucho, comprender frases cortas y sencillas. En el otro extremo del espectro, el 4 % de los adultos (Promedio OCDE: 12 %) alcanzaron los niveles 4 o 5 de competencia lectora por lo que tienen un alto rendimiento. Estos adultos pueden comprender y evaluar textos largos y densos de varias páginas, captar significados complejos u ocultos y utilizar conocimientos previos para comprender textos y completar tareas (véase en la Tabla 2.4 del Capítulo 2 una descripción de lo que pueden hacer los adultos en cada nivel de competencia en lectura, y en la Figura 2 la proporción de adultos en cada nivel).

En matemáticas, el 30 % de los adultos (Promedio OCDE: 25 %) obtuvieron una puntuación igual o inferior al nivel 1 de competencia. En el nivel 1, las personas pueden realizar operaciones matemáticas básicas con números enteros o dinero, comprender decimales y encontrar datos aislados en tablas o gráficos, pero pueden tener dificultades con tareas que requieren varios pasos (por ejemplo, resolver una proporción). Los que están por debajo del nivel 1 pueden sumar y restar números pequeños. Los adultos con niveles 4 ó 5 son los que obtienen mejores resultados (6 % en España, 14 % de media en los países y economías de la OCDE). En estos niveles pueden calcular y comprender tasas y proporciones, interpretar gráficos complejos y evaluar críticamente afirmaciones estadísticas. (Véase en la Tabla 2.5 del Capítulo 2 una descripción de lo que pueden hacer los adultos en cada nivel de competencia en matemáticas, y en la Figura 2 la proporción de adultos en cada nivel).

En resolución adaptativa de problemas, el 35 % de los adultos (Promedio OCDE: 29 %) obtuvieron una puntuación igual o inferior al nivel 1 de competencia. Los adultos en el nivel 1 pueden resolver problemas sencillos con pocas variables y poca información irrelevante, que no cambia a medida que avanzan hacia la solución. Tienen dificultades ante problemas de varios pasos o que requieren el control de múltiples variables. Los adultos por debajo del nivel 1 comprenden, como mucho, problemas muy sencillos, que suelen resolverse en un solo paso. Alrededor del 2 % de los adultos (media de la OCDE: 5 %) alcanzó el Nivel 4. En este nivel, tienen una comprensión más profunda de los problemas y pueden adaptarse a cambios inesperados, incluso si requieren una reevaluación profunda del problema (véase la Tabla 2.6 del Capítulo 2 para una descripción de lo que pueden hacer los adultos en cada nivel de competencia en resolución adaptativa de problemas, y la Figura 2 para la proporción de adultos en cada nivel).

Si se consideran los tres ámbitos conjuntamente, el 21 % de los adultos españoles (Promedio OCDE: 18 %) obtuvieron puntuaciones en los dos niveles más bajos de estas escalas de competencia (Tabla A.2.3).

En España, los adultos de más edad (entre 55 y 65 años) mostraron un nivel de competencia inferior al de los jóvenes de 25 a 34 años en lectura, matemáticas y resolución adaptativa de problemas (Figura 3). En lectura, los adultos de 55 a 65 años obtuvieron 18 puntos menos que los de 25 a 34 años (media de la OCDE: 30 puntos menos). Las brechas competenciales entre los adultos de más edad y los más jóvenes podrían reflejar efectos del envejecimiento (véase más adelante), pero también diferencias en la calidad y la cantidad de la educación y la formación entre generaciones.

En el caso de los adultos jóvenes aún matriculados en la educación inicial o que la han completado recientemente, los resultados de la Encuesta sobre las Competencias de la Población Adulta complementan los de las evaluaciones escolares y proporcionan información útil sobre la calidad de los sistemas educativos. En España, los jóvenes adultos de entre 16 y 24 años obtuvieron, de media, 257 puntos en lectura (por debajo del Promedio OCDE), 256 puntos en matemáticas (por debajo del Promedio OCDE) y 249 puntos en resolución adaptativa de problemas (por debajo del Promedio OCDE) (Figura 3).

En España, los resultados medios en 2022-23 se mantuvieron similares en comparación con 2011-12 en lectura y matemáticas (Tabla A.3.1). La proporción de adultos con alto rendimiento (puntuación en los niveles 4 o 5) aumentó en matemáticas y se mantuvo estable en lectura, mientras que, la proporción de adultos con bajo rendimiento (puntuación en el Nivel 1 o inferior) se mantuvo estable (Figura 4).

El rendimiento medio en matemáticas habría mejorado en España de no ser por los cambios demográficos (Tabla A.3.1). De hecho, la proporción de adultos nacidos en el extranjero de padres nacidos en el extranjero aumentó en unos 6 puntos porcentuales desde el primer ciclo (Tabla B.3.10 (Tendencia)); y, aunque la diferencia de competencia entre los adultos sin origen inmigrante y los adultos nacidos en el extranjero se mantuvo estable, durante el mismo periodo (Tabla A.3.15), los adultos con origen inmigrante tienden a tener un nivel educativo más bajo y a obtener puntuaciones significativamente inferiores a los no inmigrantes en España.

La comparación del rendimiento de los adultos nacidos en los mismos años entre ciclos y, por tanto, a distintas edades, permite comprender cómo cambian, por término medio, las competencias a medida que las personas envejecen. En la mayoría de los países, estas comparaciones revelan pérdidas sustanciales de competencias relacionadas con la edad a partir de los 35 años (pero más raramente entre los adultos más jóvenes). Las pérdidas de competencias relacionadas con la edad también se observan en España. Los adultos jóvenes nacidos entre 1989 y 1996 obtuvieron 7 puntos menos en lectura en 2022-23 (cuando tenían entre 27 y 34 años) que en 2011-12 (cuando tenían entre 16 y 23 años), diferencia no significativa. Por su parte, las generaciones de más edad, de 44 a 54 años en 2011-12, obtuvieron 13 puntos menos en lectura en 2022-23 (cuando tenían 55-65 años), un descenso significativo (Figura 5).

En todos los países y economías, un mayor nivel de estudios se asocia a un mayor rendimiento en lectura, matemáticas y resolución adaptativa de problemas. En España, entre los adultos de 25 a 65 años, aquellos con estudios terciarios, obtuvieron 27 puntos más en lectura que aquellos con estudios de postsecundaria no terciaria (Promedio OCDE: 33 puntos), y aquellos con postsecundaria no terciaria obtuvieron 26 puntos más que los que tenían estudios inferiores a postsecundaria no terciaria (Promedio OCDE: 43 puntos) (Tabla A.2.5 (L)).

Sin embargo, esta pauta de mayor rendimiento de los adultos con estudios superiores no siempre se mantiene en la comparativa transfronteriza. En lectura, los adultos con estudios terciarios en España, por ejemplo, obtuvieron puntuaciones más bajas que los adultos con estudios de postsecundaria no terciaria en Finlandia (Tabla A.2.5).

Por lo general, en los países y economías de la OCDE participantes, las mujeres mostraron un rendimiento medio superior al de los hombres en lectura (3 puntos), mientras que los hombres obtuvieron puntuaciones más altas en matemáticas (10 puntos) y en resolución adaptativa de problemas (2 puntos). En España, no se observó diferencia significativa en lectura; sí se observó diferencia significativa de 10 puntos a favor de los hombres en matemáticas; y no se observó diferencia significativa en resolución adaptativa de problemas (Tabla A.2.7).

Los adultos nativos de padres nativos obtuvieron un mayor rendimiento en lectura que los adultos nacidos en el extranjero de padres extranjeros (Tabla A.2.10 (L)). La diferencia de puntuación en lectura entre los dos grupos es de 36 puntos (Tabla A.2.10 (L)). En España, los nativos de padres nativos constituyen el 76 % de la población que participó en la Encuesta sobre las Competencias de la Población Adulta, mientras que el segundo grupo (adultos nacidos en el extranjero de padres nacidos en el extranjero) representa el 18 % de la población. (Tabla B.3.10).

En España, la brecha socioeconómica en el rendimiento en lectura se redujo, en comparación con 2011-12: respecto a hace unos 11 años, las competencias de los adultos de padres con bajo nivel educativo estaban más cerca de las de aquellos con padres con nivel educativo alto (Tablas A.3.19 (L) y A.3.20 (L)). Más concretamente entre los adultos de más edad (45-65 años) (Tablas A.3.20 (L) y A.3.21 (L)).

Las competencias tienen un gran impacto en la vida. En general, un mayor nivel competencial aporta importantes beneficios económicos y sociales. Los adultos con mayores habilidades tienden a tener cualificaciones educativas más altas; sin embargo, los beneficios de las mayores habilidades se extienden más allá de las oportunidades asociadas meramente a las titulaciones de la educación formal.

En España, al igual que en la media de los países de la OCDE, los adultos que puntúan en los niveles más altos de la escala de matemáticas tienen oportunidades de empleo significativamente mejores que aquellos que puntúan en el nivel 1 o inferior (Figura 6).

En España, las diferencias en los resultados en el empleo por nivel de cualificación persisten incluso cuando se comparan adultos con un nivel educativo similar (y tras considerar otras diferencias que podrían estar asociadas a una mayor cualificación). Después de tener en cuenta estas diferencias, un aumento de una desviación estándar en el rendimiento en matemáticas se asocia con una probabilidad 3 puntos porcentuales mayor de participar en la población activa (Tabla A.4.5) y, entre la población activa, con una reducción adicional de 2 puntos porcentuales en el riesgo de estar desempleado (Tabla A.4.3).

Las competencias están estrechamente relacionadas tanto con el bienestar individual (por ejemplo, la salud autodeclarada y la satisfacción vital) como con el compromiso cívico (por ejemplo, la eficacia política, la confianza y el voluntariado). Muchos adultos poco cualificados se sienten desconectados de los procesos políticos y carecen de las competencias necesarias para interactuar con información digital compleja, lo que constituye una preocupación creciente para las democracias modernas.

Los adultos que puntúan en los niveles más altos de la escala de competencia fueron significativamente más propensos a declarar altos niveles de satisfacción vital y tener una salud muy buena o excelente que aquellos que puntúan en el nivel 1 o por debajo de él, tanto en España como en la media de los países de la OCDE (Figura 7 y Tabla A.4.10 (N)).

En España, los adultos que puntuaron en los niveles más altos de las escalas rendimiento también fueron significativamente más propensos a declarar un alto nivel de acuerdo con la afirmación «se puede confiar en la mayoría de las personas» (frente a «nunca se es demasiado precavido/a») (Figura 7). La relación positiva de las competencias con la confianza se mantiene incluso cuando se tienen en cuenta otras características sociales y demográficas (edad, género, años de educación, origen inmigrante, nivel educativo de los padres y si la persona vive en pareja o tiene hijos) (Tabla A.4.11 (N)).

En los países de la OCDE, muchos trabajadores no están adaptados a sus puestos de trabajo, lo que significa que sus cualificaciones, competencias o campos de estudio difieren respecto a lo que requeriría su trabajo actual. Los desajustes pueden deberse a una asignación ineficiente de los trabajadores a los puestos de trabajo. También pueden reflejar el hecho de que las competencias y cualificaciones de la mano de obra no siguen el ritmo de los cambios estructurales de la economía, impulsados por la digitalización, el envejecimiento de la población y la transición ecológica.

En España, alrededor del 22 % de los trabajadores están sobrecualificados (media de la OCDE: 23 %), y otro 8 % está infracualificado (media de la OCDE: 9 %), lo que significa que su nivel educativo más alto está por encima o por debajo del nivel que suele exigirse en su trabajo actual (Figura 8).

Alrededor del 6 % de los trabajadores declaran que algunas de sus cualificaciones son inferiores a las requeridas para su puesto de trabajo (media de la OCDE: 10 %) (Figura 8). En España, estas personas suelen afirmar que esto es debido a que necesitan mejorar sus conocimientos informáticos o de software (36 %), seguidos de los conocimientos en el manejo de maquinaria/equipos (28 %) (Tabla A.4.13).

Por último, el 43 % de los trabajadores están desajustados en cuanto al campo de estudio, porque su titulación más alta no pertenece al campo más relevante para realizar su trabajo (Figura 8).

En los países de la OCDE, los adultos sobrecualificados en su puesto de trabajo incurren en importantes costes económicos y sociales. En España esto es menos frecuente: por término medio, sus salarios son un 17 % más bajos que los de sus homólogos que ocupan puestos de trabajo bien ajustados y tienen un nivel educativo similar (media de la OCDE: 12 % inferior) (Tabla A.4.16). Sin embargo, estos adultos no son significativamente menos propensos a declarar un alto nivel de satisfacción vital (Promedio OCDE: 4 puntos porcentuales menos propensos) (Tabla A.4.17).

La Encuesta sobre las Competencias de la Población Adulta recoge datos mediante una entrevista personal y una evaluación autoadministrada. Al tratarse de una encuesta a hogares, la recogida de datos tiene lugar en el propio domicilio de los encuestados. En España, 5871 adultos participaron en la encuesta (lo que refleja una tasa de respuesta global del 61 %). La muestra se seleccionó para que fuera representativa de unos 31,4 millones de personas de entre 16 y 65 años que residían en el país en el momento de la recogida de datos, independientemente de su nacionalidad, ciudadanía o situación lingüística. Se realizaron análisis para garantizar que no se produjera ningún sesgo significativo como consecuencia de la falta de respuesta (para más detalles sobre estos análisis, véase el Reader's Companion).

La Encuesta sobre las Competencias de la Población Adulta evaluó a los adultos en tres dominios: lectura, matemáticas y resolución adaptativa de problemas. La evaluación requería que los adultos completaran una serie de tareas que reflejan cómo se aplican estas competencias en una amplia gama de situaciones en el día a día de los adultos. Muchas de las tareas implican el uso intensivo de datos y entornos digitales complejos, los cuales son cada vez más comunes en el lugar de trabajo y en la vida cotidiana de las sociedades modernas.

Con este fin, la evaluación se administró exclusivamente en dispositivos digitales (tabletas). Esto constituye una importante innovación con respecto al ciclo anterior de la encuesta, en el que los encuestados tenían la opción de realizar la evaluación utilizando instrumentos en papel.

La competencia de los encuestados en cada uno de estos dominios de competencias puede estimarse en función de su éxito y fracaso en la realización de las tareas de evaluación. Las estimaciones de rendimiento se presentan en escalas de 500 puntos, y las mismas escalas pueden utilizarse también para describir la dificultad de las tareas de evaluación. El análisis de cómo varían las características de las preguntas de evaluación a medida que aumenta su dificultad permite a la OCDE identificar y describir niveles competenciales diferenciados. Si la puntuación de un individuo se sitúa dentro de un determinado nivel de rendimiento, ello implica que es probable que complete con éxito cualquier tarea situada en ese mismo nivel o por debajo de él.

Antes de completar la evaluación en tableta, a los participantes en la Encuesta sobre las Competencias de la Población Adulta se les pidió que facilitaran información sobre sí mismos, incluyendo: sus características demográficas y de procedencia, nivel de estudios, situación laboral y empleo, uso de habilidades, información sobre el entorno laboral, resultados no económicos y competencias sociales y emocionales. El cuestionario fue administrado por personal entrevistador formado específicamente.

Algunos participantes no tenían un dominio suficiente de las lenguas de evaluación y no podían comunicarse lo suficientemente bien con el personal entrevistador como para responder al cuestionario de antecedentes. En estos casos, se ofreció un cuestionario «Doorstep». Este cuestionario autoadministrado, disponible en varios idiomas, recoge información personal clave sobre el género, la edad, los años de escolarización, la situación laboral, el país de origen y el tiempo de residencia en el país de la encuesta. A continuación, se utilizó un modelo estadístico para estimar el nivel de competencia de estos encuestados en lectura, matemáticas y resolución adaptativa de problemas, basándose únicamente en la información disponible en este cuestionario.

En el primer ciclo de la encuesta, la entrevista Doorstep no estaba disponible. En consecuencia, no se recopiló información sobre los adultos con barrera lingüística por lo que no se pudo estimar su nivel de competencia. La inclusión de encuestados en la entrevista Doorstep puede afectar potencialmente a la comparabilidad de los resultados entre el primer y el segundo ciclo de la encuesta. En los informes de la OCDE, generalmente se excluye a los encuestados de este cuestionario cuando se comparan los resultados entre ciclos.

OCDE (2024), Do adults have the skills they need to thrive in a changing world? Survey of Adult Skills 2023, OCDE, Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/b263dc5d-en

OCDE (2024), Survey of Adult Skills 2023 Reader’s Companion, OCDE Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/3639d1e2-en

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