Según un nuevo informe de la OCDE, aunque la economía marítima se ha duplicado en términos reales (de 1,3 billones USD en 1995 a 2,6 billones USD en 2020), la adopción de políticas coordinadas es esencial para salvaguardar la prosperidad y la sostenibilidad a largo plazo. En la Economía marítima hacia 2050, la OCDE identifica las principales prioridades para que quienes formulan las políticas garanticen una futura economía marítima resiliente y sostenible, que equilibre las oportunidades económicas con la responsabilidad medioambiental.
En los últimos 25 años, la economía marítima (impulsada por el petróleo y el gas en alta mar, el turismo marítimo y costero, la pesca marítima y la acuicultura, el transporte marítimo y las actividades portuarias) ha aportado entre el 3 % y el 4 % del valor añadido bruto mundial y ha crecido de forma constante sin contracciones importantes. Sin embargo, es probable que diversos factores, como el cambio climático, los cambios demográficos, las disrupciones en el comercio y la falta de inversiones en productividad y energía verde, ralenticen o incluso reviertan el crecimiento. En un escenario donde no se invierta en productividad y se ralentice la transición energética, la actividad económica marítima mundial podría disminuir en torno a un 20 % por debajo de los niveles de 2020 para mediados de siglo. Por el contrario, una transición acelerada hacia energías más limpias, combinada con la innovación tecnológica, podría contribuir a un crecimiento duradero de la economía marítima, aunque más modesto que en el pasado.
«Mejorar las políticas marítimas y la cooperación internacional es un imperativo económico», ha declarado Mathias Cormann, Secretario General de la OCDE. «Mediante políticas basadas en la ciencia, una mejor gestión de los espacios marinos y soluciones digitales innovadoras podemos proteger los puestos de trabajo, los medios de subsistencia y la seguridad alimentaria de cientos de millones de personas que dependen de los océanos».
A lo largo de la última década se han ido reforzando los marcos y mecanismos en materia de políticas que regulan los océanos y la economía marítima, tanto a escala nacional como internacional, por ejemplo, mediante estrategias marítimas nacionales, ordenación del espacio marítimo, estadísticas de la economía marítima, y negociaciones internacionales sobre biodiversidad, clima, pesca y descarbonización del transporte marítimo. No obstante, abordar una serie de cuestiones críticas, como la concentración del mercado y las actividades ilícitas, requiere una mayor atención por parte de quienes formulan las políticas.
Entre las principales recomendaciones políticas del informe figuran reforzar la adopción de políticas y la colaboración para mejorar la gestión marítima, acelerar la transición energética para abandonar los combustibles fósiles y adoptar tecnologías digitales y sistemas de recopilación de datos avanzados. Además, el informe insta a una mayor cooperación con los países en desarrollo en materia de economía marítima, con el fin de maximizar los beneficios de la actividad económica marítima para los medios de subsistencia y el bienestar, así como para promover la conservación, el uso sostenible y la restauración de los ecosistemas marinos frágiles.
El análisis se basa en nuevos cálculos de la OCDE a partir de tablas detalladas que respaldan la base de datos ICIO (Inter-Country Input-Output). Esta información ofrece una visión general de la contribución de la economía marítima a la prosperidad mundial. Los escenarios previstos hasta 2050 se basan en las tendencias de productividad históricas para evaluar los posibles escenarios de crecimiento de la economía marítima hasta 2050.
Las consultas de los medios pueden dirigirse a Elisabeth Schoeffmann, de la Oficina de Medios de la OCDE (+33 1 45 24 97 00).
Trabajando con más de 100 países, la OCDE es un foro global que promueve políticas para preservar las libertades individuales y mejorar el bienestar económico y social de las personas en todo el mundo.